El Canje
Me levanté con la clásica resaca de todos los días, la había intercambiado por dos páginas de palabras que seguramente nadie comprendería y que en el mercado de la literatura de bolsillo valen menos de lo que me costaron las cervezas que me tome la noche anterior. Busqué el periódico en la entrada de mi apartamento. Proseguí con la misma rutina de los últimos 3 días: buscar en los clasificados un carro de segunda que se ajustara a mi apretado presupuesto. “Civic ‘01 inmaculado” “Yaris ’04 en perfecto estado” “Nissan Almera ‘05, remate por mudanza” “Vida del año ‘81, algunos golpes pero nada grave, cuenta bancaria importante, canjeo por una vida soñada”. Iría a la calle de Civic a Yaris y de Yaris a Almera para terminar volviendo a mi casa sin carro, misma historia de todos los días, nada valía la pena. Espérate. Eso no es un carro. ¿Vida del año ‘81? Llamaré a este tipo, al menos quizá pueda sacar una historia de esta locura. Llamé al tipo mientras recogía...